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viernes, 10 de mayo de 2013

¡Miedo a los perros!


¿Cómo solucionar este problema?

Hace ya muchos años, fui víctima de una mordedura en una de mis piernas por un feroz perro pastor Alemán el cual, marco un trauma en mí que el solo hecho de ver perros, de inmediato la adrenalina corre por mi cuerpo y los ladridos no dejan de parar. 
 
Tenía tan solo 11 años, caminaba con rumbo a mi casa, cuando escuche el grito de un niño que decía, ¡no le tengas miedo! Pues su perro se le había soltado de sus manos y este brinco alcanzándome sin morderme, solo el hocico y sus dientes y mirada desorbitada se le notaba al animal, me quede paralizado, solo esperaba que el niño fuera por él, pero nada, el solo, al ver el comportamiento de su animal me gritaba: ¡no le tengas miedo! Y como no asustarme ó tenerle miedo, si me tenía acorralado y yo sin poder hacer nada. Fue entonces cuando quise correr para no ser mordido por él, pero eso fue lo que motivo al animal a morderme y sin más solo sentí un fuerte apretón en mi pierna derecha y caí al suelo, de ahí no supe más, llegaron vecinos al lugar, para llevarme a la casa, mi madre (q.e.d) miro la herida, la limpio y me llevo al doctor, como era tarde recomendó que al otro día, temprano me llevara al centro de salud para que me aplicaran las vacunas contra la rabia, del niño y del animal nada se supo.
Yo también tenía un pastor Alemán por eso no entendía el porqué de la reacción del perro que me ataco. 
 
Al otro día me llevo mi mamá al centro médico y al revisar la herida, fui trasladado a una cama y entre cuatro personas fui sostenido para que la doctora introdujera alrededor de mi ombligo una inyección que contenía el antídoto contra la rabia.

Fue terrible lo que sentí y a si fue durante seis días, no me podía dar el sol, ni salir a la calle, pero quien quería salir después de la mordedura y tratamiento que te baja todo, autoestima, seguridad, confianza y un sentimiento que no puedo explicar, por la tarde le dije a mi mamá que me diera permiso de ir a la tienda a comprar y claro que me dio miedo, no sé cuál fue el valor que me dio para salir y no pensar que me podía encontrar un perro. Mi hermana me acompaño por petición de mi mamá, caminando rumbo a la tienda sin querer mire el garaje de una casa y cuál fue mi sorpresa que ahí estaba el niño y su perro, de inmediato regrese a la casa lo comente con mis padres y los fuimos a ver, efectivamente eran ellos, los padres apenados hablaron con los míos pidiendo una disculpa, además de ponerse de acuerdo para presentar los papeles del animal, así como de este ante las autoridades de salud para su chequeo.

Pero como ya era tarde, todo esto se pospuso para el otro día, al día siguiente al llegar al centro de salud y notificar de los hechos, nos dividieron, a mí a la cama para la séptima inyección y al animal a otra parte para su revisión.

Efectivamente no tenía nada el perro, pera a mí ya me había dejado una lesión no nada más en mi pierna, porque esa cicatrizó en unos días, la lesión más fuerte fue en mi mente, la cual no ha cerrado hasta el día de hoy. 
 
Lo que sí puedo decir es que vivo y se cómo dominar ese miedo que me invade al ver cualquier perro.

En principio de cuenta, mi padre se deshizo del perro que teníamos, jamás quiso que se comprara o tuviéramos otro perro, fuera de la raza que fuera y eso género en mí un miedo mayor ya que no convivía con ningún otro animal.
Pues bien, después de muchos años, comparto de qué manera se controla ese miedo aterrador a esos animales.
 
1.- Después de un evento como el que yo sufrí, no quería saber nada de perros, ni de mascotas. El error más grande que se comete es precisamente el que mi padre hizo, alejar de mi toda mascota, y se nos olvida que no puedes desaparecer todo lo que habita en la tierra, además tienes que vivir la vida, es por eso que para erradicar el miedo es precisamente enfrentarlo, vivirlo, contarlo, ya que cuando sales a la calle, en nuestro México, lo primero que vez es un perro, así que tenemos que convivir con todo lo que nos rodea, aquí radica la explicación del porqué del comportamiento de los animales, es importante tener respeto a todo lo que habita en nuestro planeta, tener mucho cuidado y estar siempre alerta.

2.- Después de muchos años viviendo con el temor de encontrarme un perro, me di cuenta que ellos no te ven, ¡SI! Como lo lees y como lo oyes, ellos te ¡huelen!, ¡te olfatean! Oh sea, nosotros segregamos adrenalina, misma que sale por nuestra nariz, es por ello que no es necesario que el perro este cerca de ti, simplemente tiene mayor olfato y a mayor distancia identifican tu miedo, temor, angustia, me explico, entonces ¿cuál es el secreto para que no te huelan?:

Muy fácil, no me creas has la prueba tú mismo, y luego me mandas un mensaje o me dejas un comentario,

Aquí te digo de qué manera le pones fin a los ladridos y acoso de los perros a tu persona,
  • Respira profundo, sosteniendo la respiración mientras avanzas, lo que hará que se aleje el perro de ti.
  • Respira, tapate la nariz con la mano, avanza cuando sientas que te falta oxígeno, (aire), destápate la nariz (retira la mano de tu nariz) y repite: respira, tapate la nariz con la mano, avanza cuando sientas que te falta oxígeno, (aire), destápate la nariz y así hasta que estés fuera del alcance de el o de los perros.
  • Nunca corras, de esa manera aceleras tu ritmo cardiaco y tu adrenalina es más fuerte y pasa de la etapa leve o moderada a crítica y te será más difícil relajarte.
Bien estas son algunas recomendaciones que a mí me han funcionado por más de 35 años de vida.

Hoy en día vivo y convivo con perros, además de tenerlos como mascotas para mis hijas y nietos, lo que si es que solo yo vivo con el recuerdo de aquella mordida de un perro que sintió que su amo se encontraba en peligro, nunca quiso hacerme nada, fueron las circunstancias que en ese momento el vio y yo no percate, ese momento me dejo mucha experiencia de como querer, amar y cuidar a los animales.


Mtro. Armando Zumárraga Hernández
Psicólogo Organizacional.