¿Cómo
solucionar este problema?
Hace
ya muchos años, fui víctima de una mordedura en una de mis piernas
por un feroz perro pastor Alemán el cual, marco un trauma en mí que
el solo hecho de ver perros, de inmediato la adrenalina corre por mi
cuerpo y los ladridos no dejan de parar.
Tenía
tan solo 11 años, caminaba con rumbo a mi casa, cuando escuche el
grito de un niño que decía, ¡no le tengas miedo! Pues su perro se
le había soltado de sus manos y este brinco alcanzándome sin
morderme, solo el hocico y sus dientes y mirada desorbitada se le
notaba al animal, me quede paralizado, solo esperaba que el niño
fuera por él, pero nada, el solo, al ver el comportamiento de su
animal me gritaba: ¡no le tengas miedo! Y como no asustarme ó
tenerle miedo, si me tenía acorralado y yo sin poder hacer nada. Fue
entonces cuando quise correr para no ser mordido por él, pero eso
fue lo que motivo al animal a morderme y sin más solo sentí un
fuerte apretón en mi pierna derecha y caí al suelo, de ahí no supe
más, llegaron vecinos al lugar, para llevarme a la casa, mi madre
(q.e.d) miro la herida, la limpio y me llevo al doctor, como era
tarde recomendó que al otro día, temprano me llevara al centro de
salud para que me aplicaran las vacunas contra la rabia, del niño y
del animal nada se supo.
Yo
también tenía un pastor Alemán por eso no entendía el porqué de
la reacción del perro que me ataco.
Al
otro día me llevo mi mamá al centro médico y al revisar la herida,
fui trasladado a una cama y entre cuatro personas fui sostenido para
que la doctora introdujera alrededor de mi ombligo una inyección que
contenía el antídoto contra la rabia.
Fue
terrible lo que sentí y a si fue durante seis días, no me podía
dar el sol, ni salir a la calle, pero quien quería salir después
de la mordedura y tratamiento que te baja todo, autoestima,
seguridad, confianza y un sentimiento que no puedo explicar, por la
tarde le dije a mi mamá que me diera permiso de ir a la tienda a
comprar y claro que me dio miedo, no sé cuál fue el valor que me
dio para salir y no pensar que me podía encontrar un perro. Mi
hermana me acompaño por petición de mi mamá, caminando rumbo a la
tienda sin querer mire el garaje de una casa y cuál fue mi sorpresa
que ahí estaba el niño y su perro, de inmediato regrese a la casa
lo comente con mis padres y los fuimos a ver, efectivamente eran
ellos, los padres apenados hablaron con los míos pidiendo una
disculpa, además de ponerse de acuerdo para presentar los papeles
del animal, así como de este ante las autoridades de salud para su
chequeo.
Pero
como ya era tarde, todo esto se pospuso para el otro día, al día
siguiente al llegar al centro de salud y notificar de los hechos, nos
dividieron, a mí a la cama para la séptima inyección y al animal a
otra parte para su revisión.
Efectivamente
no tenía nada el perro, pera a mí ya me había dejado una lesión
no nada más en mi pierna, porque esa cicatrizó en unos días, la
lesión más fuerte fue en mi mente, la cual no ha cerrado hasta el
día de hoy.
Lo
que sí puedo decir es que vivo y se cómo dominar ese miedo que me
invade al ver cualquier perro.
En
principio de cuenta, mi padre se deshizo del perro que teníamos,
jamás quiso que se comprara o tuviéramos otro perro, fuera de la
raza que fuera y eso género en mí un miedo mayor ya que no convivía
con ningún otro animal.
Pues
bien, después de muchos años, comparto de qué manera se controla
ese miedo aterrador a esos animales.
1.-
Después de un evento como el que yo sufrí, no quería saber nada de
perros, ni de mascotas. El error más grande que se comete es
precisamente el que mi padre hizo, alejar de mi toda mascota, y se
nos olvida que no puedes desaparecer todo lo que habita en la tierra,
además tienes que vivir la vida, es por eso que para erradicar el
miedo es precisamente enfrentarlo, vivirlo, contarlo, ya que cuando
sales a la calle, en nuestro México, lo primero que vez es un perro,
así que tenemos que convivir con todo lo que nos rodea, aquí radica
la explicación del porqué del comportamiento de los animales, es
importante tener respeto a todo lo que habita en nuestro planeta,
tener mucho cuidado y estar siempre alerta.
2.-
Después de muchos años viviendo con el temor de encontrarme un
perro, me di cuenta que ellos no te ven, ¡SI! Como lo lees y como lo
oyes, ellos te ¡huelen!, ¡te olfatean! Oh sea, nosotros segregamos
adrenalina, misma que sale por nuestra nariz, es por ello que no es
necesario que el perro este cerca de ti, simplemente tiene mayor
olfato y a mayor distancia identifican tu miedo, temor, angustia, me
explico, entonces ¿cuál es el secreto para que no te huelan?:
Muy
fácil, no me creas has la prueba tú mismo, y luego me mandas un
mensaje o me dejas un comentario,
Aquí
te digo de qué manera le pones fin a los ladridos y acoso de los
perros a tu persona,
- Respira profundo, sosteniendo la respiración mientras avanzas, lo que hará que se aleje el perro de ti.
- Respira, tapate la nariz con la mano, avanza cuando sientas que te falta oxígeno, (aire), destápate la nariz (retira la mano de tu nariz) y repite: respira, tapate la nariz con la mano, avanza cuando sientas que te falta oxígeno, (aire), destápate la nariz y así hasta que estés fuera del alcance de el o de los perros.
- Nunca corras, de esa manera aceleras tu ritmo cardiaco y tu adrenalina es más fuerte y pasa de la etapa leve o moderada a crítica y te será más difícil relajarte.
Bien
estas son algunas recomendaciones que a mí me han funcionado por más
de 35 años de vida.
Hoy
en día vivo y convivo con perros, además de tenerlos como mascotas
para mis hijas y nietos, lo que si es que solo yo vivo con el
recuerdo de aquella mordida de un perro que sintió que su amo se
encontraba en peligro, nunca quiso hacerme nada, fueron las
circunstancias que en ese momento el vio y yo no percate, ese momento
me dejo mucha experiencia de como querer, amar y cuidar a los
animales.
Mtro.
Armando Zumárraga Hernández
Psicólogo
Organizacional.